Decálogo
- Tener una dieta variada y equilibrada. Un clásico, consiste básicamente en: incluir en nuestra dieta diaria los alimentos contemplados en la pirámide nutricional en la cantidad adecuada. El valor energético diario debe ser de 30-40 kcal por kilo de peso pero esto puede variar según la actividad física de cada uno. Los hidratos de carbono deben ocupar un 50% más o menos sin sobrepasar más de un 10% de azúcares. Las grasas deben ser un 30% y las proteínas no deben superar el 10% del valor total. Todo esto es muy bonito pero yo comprendo que en la práctica no todo el mundo pueda controlar el porcentaje de proteínas, hidratos de carbono, etc. A no ser que seas un deportista de élite ahí si que controlas muco más lo que comes. Lo que tenemos que tener en cuenta es no pasarnos de la ralla con nada ni pasarnos con la bollería industrial y con todos esos alimentos basura. Aunque una vez ocasional no hace daño a nadie😊
- Evitar hábitos tóxicos y nocivos para la salud como fumar, beber alcohol, y tomar drogas además de todo ese tipo de sustancias que puedan resultar nocivas ya no solo en el mismo instante que te las tomas sino a largo plazo.
- Ejercicio físico diario, se recomienda caminar a paso ligero durante mínimo 30 min. Yo personalmente recomiendo mínimo 1 hora de ejercicio físico ya sea correr, nadar o algún deporte.
- Una buena higiene evita muchos problemas de salud desde infecciones a problemas dentales o dermatológicos. Por higiene no solo me refiero al aseo personal sino también vivir en un ambiente limpio y puro.
- Equilibrio mental.No se refiere a la existencia de enfermedades mentales, sino al estado de bienestar emocional y psicológico, necesario para mantener y desarrollar las capacidades cognitivas, las relaciones sociales y el afrontamiento de los retos personales y profesionales de la vida diaria. El estrés, el cansancio, la irascibilidad, la ansiedad son, entre otros, algunos de los signos que indican que el estado mental no es del todo saludable.
- Actividad social: las relaciones sociales son un aspecto fundamental para la salud del ser humano y, en consecuencia, para un envejecimiento saludable. El aislamiento social puede llevar a un deterioro gradual e irreversible de las capacidades físicas y mentales, incluso a la incapacidad física y la demencia.
